Los juguetes desempeñan un importante papel en la vida infantil, ya que por medio de los juegos el niño se divierte y conoce el mundo que lo rodea. Enseguida jugará con su propio cuerpo y, más adelante, con objetos llamativos y que produzcan sonidos suaves.
Para cumplir su cometido y no resultar peligrosos, los juguetes deben ser:
- Adecuados a cada edad.
- En general, sencillos, sin mecanismos complicados que requieran la presencia de los adultos para jugar y que no sean desmontables en pequeñas piezas que puedan tragar.
- De un tamaño adecuado: los muy grandes son de difícil manejo y los muy pequeños pueden ser peligrosos por la gran tendencia infantil a introducirlos en la boca o en la nariz.
- Es mejor que sean de materiales lavables, no tóxicos, irrompibles y sin aristas o puntas agudas en las cuales se puedan lastimar.
- Evitar que jueguen con cualquier objeto del hogar que no sea un juguete.
- Un excesivo número de juguetes les impedirá disfrutar con ellos. Compartirlos con otros niños les ayudará a socializar.
Cuidar las condiciones en que la familia y, por supuesto, los más pequeños ven la televisión.
- Es importante que no haya reflejos en la pantalla y situarse a una distancia mínima de 2,5 metros para evitar problemas oculares.
- En los más pequeños, ver programas violentos o muy ruidosos en el momento de acostarse provocará pesadillas e inquietud nocturna que reducirán las posibilidades de un buen descanso nocturno en tiempo y calidad, tan importante para su crecimiento saludable.
- Muchas horas de televisión producirán fatiga y tensión nerviosa, e impedirán la práctica de otros juegos y la permanencia al aire libre, mucho más importantes para la salud a estas edades.